psicologia hacer las cosas bien ante el covid“Conversar de nuevas maneras es construir nuevas formas de relación social y construir nuevas formas de relación social… es construir nuevas formas de ser… para nosotros mismos”. 

Shotter.

Comienzo ésta colaboración pensando en las realidades distópicas y utópicas que plantean algunos escritores a lo largo de los últimos cien años, por ejemplo George Orwell con su obra “1984”, plasma la idea de una sociedad dirigida por el “Gran hermano” que todo lo ve y en la cual presenta las siguientes máximas: 1. La guerra es la paz. 2. La libertad es la esclavitud. 3. La ignorancia es la fuerza. 

De este modo, se señala que si se quiere llegar a la paz, antes se necesita tener una sensación armamentista de por medio. Para entender la libertad individual hay que comprender que debemos de ser vigilados desde que inicia el día hasta que se oculta el sol, (tal como sucede en Japón, el gobierno ha instaurado cámaras de identificación para tener el control de dónde están las personas, ello les permite sentir más libertad de saberse vigilados y no temer que les pase algún accidente o percance) Y finalmente que la ignorancia es la mayor fuerza con que cuenta un régimen para dirigir un país.

Así, podemos observar que no es tan fácil traducir un concepto a la práctica. 

Para que el público pueda comprender un poco más la idea, compartiré una experiencia personal:

Hace ya varios años durante mi niñez, asistía a la primaria, disfrutaba de las clases, los comienzos de la dinámica social con otras niñas y niños, todo era novedoso.  Lo que les quiero platicar tiene que ver con las calificaciones y su efecto en la interacción con mi madre y padre: Normalmente, a lo largo de los años obtenía buenas valoraciones de mi calificación, nueves o dieces y regularmente esperaba que llegando a casa, mi madre o mi padre me felicitara por dichas calificaciones o hicieran algo nuevo, algo que reforzara mi conducta de obtener “buenas calificaciones”: un chocolate, un mazapán, etcétera, qué se yo, pero la dinámica y todo transcurría con fastuosa normalidad; todo avanzaba y parecía que nada bueno estuviese pasando, pensaba en mis adentros: ¡vamos, creo que lo hice bien!, obtuve un 10, un reconocimiento, fui el mejor promedio, etcétera. El punto aquí es que no había aparentemente una reacción, un cambio ante las “buenas calificaciones de un miembro de la familia”.

En cambio cuando mi hermana o mi hermano sacaban algún seis o llegaban a reprobar… sí pasaba  algo… Mi madre y mi padre hablaban con ellos, les llegaban a regañar, les llamaban la atención, se sentaban con ellos, y yo pensaba «pa-sa al-go», seguían días en los que mi hermana o mi hermano se sentían mal por el hecho de reprobar o sacar mala valoración. 

Aún no era psicoterapeuta, ni mucho menos psicólogo pero ya comenzaba a entender de forma directa e implícita el funcionamiento de algunas dinámicas sociales: 

  1. Cuando sacas “buenas calificaciones” -pareciera- no pasar nada (y remarco pareciera por lo que les comentaré más adelante).
  2. Cuando sacas “malas calificaciones” pasa algo evidente, una corrección.

Ahora bien, los psicoterapeutas sistémicos, sabemos y trabajamos sobre mecanismos de retroalimentación, los cuales fueron descritos por Norbert Weinner en su obra; quien durante la Segunda Guerra Mundial, estudió el problema de la conducta de los misiles  antiaéreos, la cuestión era, que debido a la gran velocidad a la que viaja el avión, era preciso predecir su posición futura a partir de sus posiciones anteriores, así, a través de la predicción de las posiciones futuras el cañón podría abatir al avión.

Weinner conocía el principio de feedback o retroacción retroalimentación, y dió a este principio un alcance universal.. Como señala Bateson en 1994: “Weinner vio en el cañón que trata de alcanzar al avión, el brazo que lleva un vaso de agua a la boca, o una máquina de vapor que mantiene un régimen constante, un mismo proceso circular en el que las informaciones sobre la acción en curso nutren a su vez al sistema, permitiéndole alcanzar su objetivo (p.14).”

Es decir, todo efecto retroalimenta, retroactúa sobre la causa, todo proceso debe de estar concebido según un esquema circular; por ejemplo, la relación con tus padres es un sistema circular, en el cual cada acción tuya, alimenta la acción de tu papá o mamá, que a su vez alimenta tu acción, y así sucesivamente.

Continuando  con el análisis, ¿cómo se une mi experiencia escolar con la función de retroalimentación?, ¿cómo se sabe cuándo un sistema está funcionando “bien”?, ¿cuándo se sabe que un sistema está funcionando “mal”?

Diríamos que cuando un sistema funciona “bien” el sistema se mantiene estable con los ajustes o variaciones necesarias, sin salirse de sus reglas de funcionamiento temporal; el sistema se sostiene porque respeta las reglas de la dinámica, y un sistema funciona “mal” cuando tenemos que hacer correcciones en su dinámica.

Y aquí el meollo del asunto del porqué les platiqué lo anterior, un poco de la luz que me ha brindado la pandemia global. Considero que lo estamos haciendo “bien”: (Aquí pueden incluir las cosas que ustedes hacen o ven que los otros hacen y que contribuyen a que la pandemia no sea un desastre en el país).

  • Si tu familia está bien de salud.
  • Si tus familiares o amigos están bien de salud
  • Si puedes hablar con alguien a la distancia, ya sea por videollamada o llamada.
  • Si tienes alimento en casa y un techo en el cual resguardarte.
  • Si tienes la posibilidad de apoyar a alguien que lo necesite.
  • Si has decidido resguardarte en casa.
  • Si apoyas al comercio local.

Permíteme decirte que eso que haces y parece no cambiar nada:

  • Realmente es la forma de mantener el bienestar, es la forma de mantener un sistema para que las cosas estén bien, es tu pequeña forma de contribuir para salir juntos de ésto.
  • Si nadie te lo ha dicho, yo te felicito porque haces las cosas “bien” y quizá gracias a ello no se están presentando dificultades en tu vida, te felicito por no tener problemas en tu vida (más allá de las dificultades cotidianas), te felicito por sacar diez en el resguardo, te felicito porque gracias a ti los sistemas sanitarios se podrán dar abasto, y las personas más afectadas por el COVID19 se les podrá atender oportunamente.

Y es así que me di cuenta que cuando sacaba diez y no pasaba nada, es porque no pasaba nada malo.

Hasta aquí mi relato queridas y queridos lectores, yo les reitero mi felicitación y agradecimiento por mantener la Pandemia a raya, y les invito a reflexionar un poco sobre la siguiente pregunta: ¿Cuándo o en qué otras ocasiones has mejorado una situación haciendo aparentemente nada o muy poco? Y de esta manera, ser capaces de identificar que cuando el agua no es turbia se ve con mayor claridad.

¡Gracias!

Referencias:

Bateson, G. (2011). Espíritu y naturaleza. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu/editores.

Bateson, G., Birdwhistell, R., Goffman, E., Hall, E., Jackson, Scheflen, A., Sigman, S. y Watzlawick, P. (1994). La nueva comunicación (Trad. Jorge Fibla). España, Barcelona: Kairós. 

Lo que opinaron en las redes