Manejo del estrés

Una duda popular que frecuentemente tienen quienes asisten por primera vez a la consulta psicoterapéutica, es si se estarán volviendo locos, sobre todo cuando los síntomas que les aquejan son de orden fisiológico (sudoración excesiva, palpitaciones, náusea, dolor de cabeza, etc.) y carecen de explicación médica.

Este conjunto de síntomas, puede resultar tanto angustiante como desconcertante para quien lo experimenta. La incertidumbre facilita la idea de que –“algo muy malo podría pasar”-, y se genera un efecto “bola de nieve” que llega en muchos casos a resultar en insomnio. A las personas que se encuentran en dicha situación, les convendría saber que el organismo está respondiendo conforme a las demandas del medio, y no necesariamente sufren alguna psicopatología.

El propósito de este artículo es precisamente ofrecer algunos datos acerca de la dinámica en las relaciones: cuerpo, emociones y medio en el que cada día nos desarrollamos, pues esta nueva visión te podría dar una idea de cómo afrontar estas manifestaciones fisiológicas con tus propios recursos.

¿Te has preguntado de qué manera tu cuerpo avisa acerca de las situaciones de riesgo para tu vida, la familia, el patrimonio, sea económico o bien cultural, etc.? o
¿Cuál es la razón por la que el organismo te alerta sobre estas amenazas y cuáles se encuentran sólo en tu mente?

Es posible que ya te hayas dado cuenta de que el cuerpo nos habla a través de las sensaciones y las emociones, de tal manera que si estás a punto de ser embestido por un camión, es posible que experimentes un vacío en el estómago, músculos tensos, palpitaciones, sudoración (entre otras sensaciones), y sientas miedo, angustia, rabia e impotencia; reacciones similares y en diferentes intensidades podrían ocurrir, si en vez de ser tú, fuese un ser amado quien estuviera en peligro, o bien si enfrentas la fecha de un proyecto a entregar y vas atrasado, quizás cuando descubres que alguien importante para ti está mintiendo, también cuando una vez más el tráfico te impide llegar a tiempo, simplemente, cuando suena el despertador y hay que apurarse para evitar salir sin desayunar otra vez, etc.

El conjunto de estructuras cerebrales que nos alerta y posibilita las reacciones rápidas frente a los desafíos, peligros y riesgos, es parte del sistema nervioso central, este ha sido perfeccionado a través del sorprendente proceso evolutivo del hombre; es gracias a su excelente funcionamiento que logramos adaptarnos al medio y hemos sobrevivido como especie, sin embargo, ¿En qué momento nuestro sistema orgánico podría recuperarse, si nos encontramos en un sistema social de constantes demandas?

Algunas de las principales pautas que marca el medio son: producir más en el menor tiempo posible, priorizando las responsabilidades sobre las necesidades básicas para el mantenimiento de la vida, como la nutrición, el sueño, el descanso físico y psicológico, además, manteniendo un buen ánimo y sonrisa amplia; cumplir con las expectativas de las organizaciones bajo el riesgo de perder el empleo, cumplir cabalmente con nuestros roles dentro de la familia, competir por el éxito económico, tener una imagen joven y atractiva, entre otros muchos factores.

psicologia relajación

Exigimos al organismo en tal nivel, que ya podemos disponer en el mercado de todo tipo de estimulantes y relajantes legales, que nos ofrecen un “shot” de energía extra o una manera de “relajarnos” y “descansar”. Es en este punto donde yo afirmo que está la verdadera locura, pues exigir al organismo un desempeño más allá de lo humano y privarle de lo mínimo indispensable para mantener la vida y la salud, es incongruente, ilógico y violento.

Generalmente las personas que están en proceso terapéutico, van identificando y modificando estas y otras tendencias a través de nuevas acciones y nuevos aprendizajes que van incorporando a su vida, construyendo así una relación más saludable y armónica, entre el cuerpo, el pensamiento y las emociones.

Como muchas otras personas, habrás pensado que quieres darle a tus sufridos cuerpo y mente, el descanso, nutrición y actividad física que sabes muy bien necesita, sin embargo, por una cuestión u otra no lo logras aún, aquí algunas ideas que quizás te resulten útiles:

  1. Determinar para qué quieres realizar esos cambios, es decir, comprender de fondo la importancia de hacerlo.
  2. Visualizar las consecuencias reales de seguir con tu tren de vida, a corto, mediano y largo plazo.
  3. Identificar y expresar asertivamente tus emociones (ni agresivamente, ni pasivamente)
  4. Establecer objetivos muy pequeños, desprendiéndote de la expectativa de obtener cambios rápidos y espectaculares (Ej. “Hoy caminaré en el parque por diez minutos”, “Hoy iré a la cama cinco minutos antes”, etc.). Recuerda que llevas mucho tiempo forzando a tu cuerpo.
  5. Hacer contacto con tu cuerpo, a través de la meditación o la respiración.
  6. Identificar al menos cinco cosas para agradecer en el día.
  7. Construir un entorno placentero (Plantas, música, colores, aromas, etc.)
  8. Expresar a través del arte. Elige la actividad que más te guste para crear. El balance entre trabajo y descanso es fundamental.
  9. Beber suficiente agua y comer a tus horas alimentos sanos y balanceados.
  10. Vivir el presente. Renuncia a controlar lo que está fuera de tu control.

Por último recuerda que todos somos parte del contexto social y esto nos da la oportunidad de construir un entorno menos enloquecedor y más relajado.
¿De qué manera se te ocurre que podrías colaborar, independientemente de lo que hagan los demás? Te invito a dejar tus ideas en los comentarios, aquí siempre son bienvenidas y se agradecen como una valiosa aportación.

REFERENCIAS

● Lazarus, R. (1999). Estrés y emoción. Manejo e implicaciones
● Morrison, V. y Benett, P. (2008). Psicología de la Salud. Pearson Educación, S.A.: Madrid.
● Romas, J. A., y Sharma, M. (2017). Practical stress management: A comprehensive workbook. Academic Press.

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